Problemas del momento como la corrupción, la "herida sangrante" de la guerra de Afganistán, la catástrofe nuclear de Chernobil, la profunda crisis económica... fueron puestos al libre examen de un atónito y, muchas veces indignado, ciudadano soviético.
Hubo un aspecto que tuvo a la larga una extraordinaria repercusión política: la investigación histórica sobre los crímenes del stalinismo y el régimen soviético. Veamos algunos ejemplos de ello: En 1988-89 se hizo evidente que la matanza de decenas de miles de oficiales polacos en Katyn, en marzo de 1940, no fue obra de los nazis alemanes sino un frío asesinato en masa llevado a cabo por las tropas soviéticas.
En 1988-89 se hizo evidente que la matanza de decenas de miles de oficiales polacos en Katyn, en marzo de 1940, no fue obra de los nazis alemanes sino un frío asesinato en masa llevado a cabo por las tropas soviéticas.
Algo similar ocurrió con el pacto Molotov-Ribbentrop de 1939 y sus inmediatas víctimas: Polonia repartida y Estonia, Letonia y Lituania anexionadas a la URSS.
En definitiva, la libertad de expresión que trajo la glasnost desencadenó un proceso que finalmente se le fue de las manos a Gorbachov y terminó por hacer perder toda su legitimidad al sistema nacido de la revolución de octubre de 1917 y al propio estado soviético.
Ariadna Ramos lopez 2a N.L.33
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